jueves, 28 de febrero de 2008

Poética 18

Tal como os había comentado en otra poética, cuando hablamos de métrica podemos tener en cuenta otros elementos a parte de la rima y el número de sílabas por verso. En este sentido, y como sencillo ejercicio que os propongo, podemos plantearnos la posición del acento en el verso. Lo haremos practicando, si queréis, dos procedimientos: el ritmo binario y el ritmo ternario.
En el binario, combinamos una sílaba átona y una tónica:

Vaig veure un ca tot nu (Miquel Bauçà)

En el ritmo ternario la combinación es átona, átona y tónica:

De la cara
a les mans
i del coll
a la cara.

Joan Brossa

Os recomiendo la excelente página:

www.mallorcaweb.com/mag-teatre

Para terminar por hoy, sólo quisiera hacer una reflexión sobre, a partir de lo visto, la crítica que a veces se hace a la "facilidad" de los poemas en versos libres. La estructura de un poema, el esqueleto con el que el autor ha querido formar su pequeña criatura, merece lecturas más atentas y sin tantos prejuicios. Son muchas las herramientas de las que dispone el poeta, usarlas o no es también su privilegio. En este caso, si el poema nos emociona, más allá de que rime o no, será porque, sin duda ninguna, se han puesto los mecanismos necesarios para ello, no importa cuáles sean.

domingo, 24 de febrero de 2008

Poética 17. Homenaje (6)


Si hace unos días nos felicitábamos por los noventa años de Montserrat Abelló, hoy tenemos que lamentar que ayer, con la misma edad, nos dejara uno de los grandes poetas en catalán que teníamos entre nosotros: Josep Palau i Fabre. Su poesía es de aquellas que te acompañan sin concesiones, con un universo particular que el poeta supo expresar con gran exquisitez. Su "càntic espiritual" puede ser una buena muestra de ello (a los que hemos tenido la suerte de escuchárselo recitar no se nos olvidará nunca).

CANT ESPIRITUAL

No crec en tu, Senyor, però tinc tanta necessitat de creu-
re en tu, que sovint parlo i t'imploro com si existissis.
Tinc tanta necessitat de tu, Senyor, i que siguis, que arribo
a creure en tu -i crec que crec en tu quan no crec en ningú.
Però després em desperto, o penso que em desperto,
i m'avergonyeixo de la meva feblesa i et detesto. I parlo
contra tu que no ets ningú. I parlo mal de tu com si fossis
algú.
¿Quan, Senyor, estic despert, i quan sóc adormit?
¿Quan estic més despert i quan més adormit? ¿No serà
tot un son i, despert i adormit, somni la vida? ¿Desperta-
ré algun dia d'aquest doble son i viuré, lluny d'aquí, la
veritable vida, on la vetlla i el son siguin una mentida?
No crec en tu, Senyor, però si ets, no puc donar-te el mi-
llor de mi si no és així: sinó dient-te que no crec en tu.
Quina forma d'amor més estranya i més dura! Quin mal
em fa no poder dir-te: crec.
No crec en tu, Senyor, però si ets, treu-me d'aquest en-
gany d'una vegada; fes-me veure ben bé la teva cara! No
em vulguis mal pel meu amor mesquí. Fes que sens fi, i
sense paraules, tot el meu ésser pugui dir-te: Ets.


Y para verle y escucharle, en otro magnífico poema:

http://www.uoc.edu/lletra/noms/jpalauifabre/html_especials/joseppalauifabrerecita2.html

martes, 19 de febrero de 2008

Poética 16


Dudaba si titular esta nueva poética como un "homenaje" a otro de esos poetas que acompañan el camino, pero finalmente he decidido que no. No sería sincero. Hoy no se trata de un homenaje sino de un "descubrimiento". Perdonen mi ignorancia (bendita ignorancia, por otro lado). A mis años y la poesía vuelve a sorprenderte, a regalarte, a decirte que la ruta de los que buscan no termina nunca, que siempre depara regalos inesperados para los que se mantienen fieles. Un libro, Instante, y un poeta, Eduardo Jordá. Leí la crónica en el magnifico suplemento cultural de ABC de los sábados y acudí a La Central para comprarlo. Desde el primer poema te atrapa esta "poesía de la experiencia", tan denostada a veces (curioso que en la mayoría de ocasiones por ser una poesía que se entiende). Sí, algún día hablaré de esta manera de entender la poesía, ahora prefiero dejaros directamente con ella:

Gabriela

Gabriela, hace diez horas que la lluvia
se abate sin piedad sobre Manila,
ese infierno feliz en el que vives.
Los niños que mendigan en Malate
se tapan con un hule, y los ciclistas
duermen en las aceras, y el aroma
tenue del frangipán invade el aire.
No sé nada de ti, Gabriela, pero te he visto
sonreír con tus padres, mientras dabas
tus pasos vacilantes, los primeros
que das sobre esta tierra que supura
todo el horror y toda la belleza.
No sé nada de ti, Gabriela, aunque sonríes
mientras la lluvia cae sobre Manila.
Y esta sonrisa, ahora, es para mí
lo único que existe en este mundo,
lo único que ocurre, lo único que habrá sido cierto
cuando un día recuerde haberte visto.
Tú eres, Gabriela, el árbol de la vida.
Ya sé que hay manzanas en este paraíso
de chabolas y perros y basuras.

Pero ahora nada puede tentarte, nada puede
arrastrarte sin fin hacia lo oscuro.
Tus padres estuvieron en Ruanda
cuando Dios -otra vez- se avergonzó
de haber dado aliento a sus criaturas.
Y ahora estáis en Filipinas y diluvia
sobre Remedios Circle, y nadie sabe
cuándo va a amanecer, si es que amanece.
Recuérdalo, Gabriela, porque tú ya lo sabes
-no lo sabes- que hay ríos y pájaros y lagos.
Y sabes -no lo sabes- que la dicha
trae a veces la paz de la mañana
o el sueño apaciguado de las noches.
Recuérdalo, Gabriela: eres la luz.
Recuérdalo, Gabriela, porque todos
necesitamos saber que tú existes,
mientras cae la lluvia y una chica
quiere vender su amor por dos mil pesos.
Recuérdalo, Gabriela, sí. Y recuérdanos
que en este sucio mundo de karaokes,
y putas y afer hours y bares tristes,
donde los niños duermen en la acera,
hay luz, Gabriela, hay luz, hay luz. Hay luz.

¿Qué se puede añadir? Cualquier cosa que dijera empañaría la fuerza de estos versos. Cerremos los ojos, soñemos y demos gracias.

lunes, 4 de febrero de 2008

Poética 15

Siguiendo con aquellas herramientas que pueden ayudar a desbloquear nuestro proceso creativo y, al mismo tiempo, permitir acercarnos a la palabra escrita con menos prevenciones, me gustaría realizar algunos breves comentarios sobre la poesía visual. Es decir, si anteriormente nos hemos planteado la relación entre literatura y música, ahora intentaremos hacer lo mismo con el binomio literatura-pintura, entendiendo por "pintura" el concepto básico de "imagen".
Para ello, buscaremos a un buen amigo de aventuras. O a algunos. ¿Qué tal, para empezar, Joan Bossa y sus poemas visuales?


La imagen, como el poema, es capaz de sugerir significados más allá de los estrictos límites de lo literal. La pistola de Brossa, "el arma cargada de futuro" de Celaya, impacta en nuestro cerebro y genera reflexión, suscita nuestro comentario, "reescribimos", pues, que es de lo que se trata. Pensar imágenes puede ayudar a crear metáforas que el trabajo estricto con la letra escrita no nos permitiría. Además, la relación que podemos tener con el dibujo o con la fotografía todavía nos es mucho más cercano y natural que la que tenemos con el poema "convencional". Dibujemos, pues, poemas, quizá descubramos nuevos horizontes. Lo importante, como siempre, es no poner límites a nuestra creatividad. Tiempo tendremos para seleccionar, pulir y descartar aquello que no alcance el nivel deseado.

Siguiendo con el mismo concepto, podríamos también mirar de acercarnos al caligrama. A continuación os pongo un ejemplo de nuestro Salvat-Papasseit:



LES FORMIGUES
A Josep Llompart
camí de sol · per les rutes amigues · unes formigues