miércoles, 23 de enero de 2008

Poética 10

Vamos a seguir planteándonos algunas herramientas que pueden resultarnos útiles a la hora de desbloquear el miedo a la temida "hoja en blanco" y la angustia que provoca. En este sentido, conocer la historia de la literatura nos permite, entre otras cosas, ser conscientes de cómo los autores han ido encontrando formas de expresión que facilitaran el poder expresar su especial manera de entender el arte. Ser original sin conocer el pasado es como querer ser campeón del mundo de los cien metros lisos corriendo solo. Absurdo. Así pues, me gustaría echar una ojeada a una serie de aportaciones de las vanguardias poéticas de principios del siglo XX. En concreto, a dos de ellas: el Dadaismo y el Surrealismo.

En ambas tendencias observamos un propósito de liberar el arte de clichés y formalismos que podían condicionar el objetivo del poeta. Supusieron, por tanto, una voluntad de replantear toda una serie de consideraciones que se tenían por inamovibles hasta ese momento. Lo que me interesa destacar aquí es que estas aportaciones no pretendían ser un punto de llegada, a mi entender, sino mejor un punto de partida. No el objetivo final de un proyecto, sino su efecto desencadenante. La posibilidad de crear metáforas atrevidas y sorprendentes, por ejemplo, asociaciones de imágenes que se escapaban de la lógica, permitió una poesía llena de sugerencias nuevas que ya forman parte de nuestro imaginario colectivo actual. Para comenzar con el Dadaismo, leamos este poema de uno de sus principales impulsores: Triztan Tzara.




Para hacer un poema dadaísta

Coja un periódico.
Coja unas tijeras.
Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema.
Recorte el artículo. Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa.
Agítela suavemente.
Ahora saque cada recorte uno tras otro.
Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa.
El poema se parecerá a usted.
Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante,
aunque incomprendida del vulgo. "

Lo que cuenta, evidentemente, no es la propuesta final, sino que lo que ésta nos permite hacer con nuestros poemas. Es decir, es bueno que la propia escritura te "sorprenda", que seamos capaces de generar imágenes que, al no pasar totalmente por el cedazo de la lógica y de la razón, sugieran al lector múltiples significados que, al no controlarlos, enriquecen la lectura del texto.

Para continuar con el Surrealismo, partiremos de un fragmento de poema de Federico García Lorca, de su libro Poeta en Nueva York, y que se titula "Ciudad sin sueño". Seguimos la edición de Espasa-Calpe, de 1979:

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros. (...)

A propósito de este libro, precisamente, el poeta Josep Piera, en su libro de memorias Puta posguerra, nos dice: "Els frenètics versos de Lorca eren com la música en anglés: no calia entendre res, només deixar entrar els sons al cor i al cap. N'hi havia prou".


Confieso mi prevención, como lector y escritor, ante esta escritura en la que la comunicación directa con el lector cede ante el propósito "musical" del texto, es decir, en la que el lector se encuentra con unas palabras que, al menos en principio, no esperan ser entendidas, tan sólo "oídas/escuchadas". A este respecto, el gran escritor japonés Haruki Murakami, en declaraciones publicadas en La Vanguardia el domingo, 3 de febrero de 2008, dice: "El ritmo es lo más importante porque es la magia, lo que invita a la audiencia a bailar, y lo que quiero son lectores que bailen con mis palabras. No quiero que entiendan mis metáforas, ni el simbolismo de la obra." Interesante perspectiva que, sin duda, abre a la creación literaria un universo de insospechados caminos, no siempre válidos pero no por ello menos interesantes.



Podéis leer y consultar:


Manifiesto surrealista: http://www.ideasapiens.com/textos/Arte/manifiesto%20surrealismo.htm

Manifiesto dadaista: http://www.ideasapiens.com/textos/Arte/manifiesto%20dadaista.htm

No hay comentarios: